Se chistoso como Tenorio, sarcástico como Leiva y vístete como Carranco

Por: Pamela Salinas

Apréndeles algo, que para eso están.

Demonios, ya estoy en séptimo…

Desde que iniciamos la carrera, nos acostumbramos a que de repente a nuestros maestros les entre la compasión por sus alumnos y empiecen a dar un speech inspirador y motivador. 

Los más egocéntricos suelen hablar de ellos y de su trayectoria; otros se ponen más emocionales y cuentan las más duras etapas de su vida; y los demás nada más se enojan porque nadie contesta su pregunta y empiezan a regañar.

Pero todos lo hacen con el mismo objetivo: alentarnos hacia el conocimiento y el trabajo duro.

¿Quiénes de los que están leyendo esto han tenido clase con el profesor Tenorio y han sentido una impotencia enorme por sentirse identificados con algunas acciones del “Hombre Mediocre”? De eso se trata. El profe, si lo deseara, pudiera omitir tranquilamente el hablar de aquel libro. Pero no lo hace. Y eso es precisamente lo que lo convierte en el profe fav de muchos, pero, ¿sí lo escuchas? ¿O solo te cae la forma en la que dice “maldita sea”?

Me encontraba en el A08, tomando clase de Competencia Comunicativa en Inglés, cuando en medio de la clase la profesora empezó a impartir unas de estas cátedras reflexivas. Y, partiendo del punto en el que son pocos los estudiantes de la FCC quienes hablan un segundo idioma, la maestra comenzó a cuestionarnos si nos habíamos dado la oportunidad de considerar el cómo sería nuestra calidad de vida, si replicáramos lo mismo que hemos estado haciendo hasta ahora. ¿Algo profundo, no? Obviamente no lo dijo así, lo estoy perfeccionando. 

“Ya les queda poco recorrido en su vida académica, chicos”. “¿Qué calidad de vida van a tener?”

Para aclarar, esto que lees no es una crítica a las palabras de los maestros. Sino un recordatorio de ellas, ya que seguramente tu cerebro las receptó y desechó right away.

La maestra habló sobre el Afore y de la gran posibilidad de tener que vivir, jubilados, con los ahorros de nuestra vida. A menos, recalcó, de tener un familiar adinerada y ser futuros acreedores de una gran fortuna. Que, admitámoslo, no somos del TEC.

La profesora hizo referencia a cuando tenía nuestra edad, -o quizás unos cuantos años más-, cuando estudiaba, trabajaba, hacía servicio social, cuidaba a sus hijos y estudiaba francés. Aquí destacó la facilidad que tenemos de estudiar un idioma desde la comodidad de nuestro cuarto y no, necesariamente, desde un salón.

“Fuga de talentos”. Término que investigué hace tiempo. No te sientas mal si no conoces de él. Básicamente es, jóvenes que salen de su país para conseguir más oportunidades en otro”. Situación que probablemente no experimentarás si, -no conoces del término-, eres de esos que dicen “Ya voy en séptimo y no he aprendido nada de la carrera”, no sabes otro idioma y no conoces cuál es el rumbo de tu vida. 

La profesora de inglés mencionó, indirectamente y enfocándose en su materia, que no seríamos parte de los jóvenes que los países de primer mundo buscan, si no sabemos, al menos, dos idiomas. “¿Y mis niños?, en Babilonia”, agregó. Aprovecho para decir que deberíamos dejar de relacionar “babosos” o cualquier palabra que demerite la inteligencia y atención con Babilonia.

“Chicos, yo sólo estoy de paso en sus vidas. Esta materia es una más de todas las que han tomado, seguramente hay materias más importantes, pero… esta materia, -Inglés- es una herramienta. ¿Cuál es su futuro? ¿Mediocridad?”.

Toma cursos, inspírate de las palabras de la profe Cecilia, aprecia la atención que Lewis le presta a tus textos, ríete de la narrativa del profe Leiva, se serio como De La Fuente, 

ama al profe Goyo, se chistoso como Tenorio, vístete como Carranco.  Apréndeles algo, que para eso están.

Toma cursos, ve a “Diálogos Periodísticos”, toma ese curso de Photoshop, aprende a editar, haz notas periodísticas, descarga Duolingo, ve al centro y toma fotos.

Foto: Edson López

Como ésta.

O ya mínimo métete a Al Verbo, que para eso está.