Por: Mario
Arizpe.
El
teléfono descolgado te silencia,
pero tú aún
lo intentas.
Igual,
tienes la paciencia.
Aquà nadie
te soporta.
Siempre
son las mismas cosas.
Pero a ti
ya no te importa.
Quieres
morir menos lento,
Y recibirás
silencio
aunque lo
grites al viento.
¿Dónde
queda tu familia?
Ya sea la
que te querÃa,
O la que
te tiene envidia.
Si ya no
puedes fingir,
porque te
escuché decir
que ya te
nos quieres ir.
Pero, ¿y
si nadie oyera?
¿Y si a
nadie le importara
cuán
triste el caso fuera?
¿Por qué
motivo sigues?
¿Por qué
es que nunca paras,
por más
que te fatigues?
Creà que
la lástima
no se le
tenÃa a los humanos,
pero ¿cómo
puedo evitarlo,
cuando veo
temblar tus manos?
¿Qué se
supone que haga,
si, siga
el camino que siga,
buscarás
la perdición,
ignorando
lo que te diga?
Con tantos
años de ventaja,
querÃa que
fueras mi guÃa,
pero,
siguiendo yo tus andares,
¿en qué
rumbos acabarÃa?
Tengo
miles de preguntas.
Necesito
que contestes.
Antes que
quedes dormida
y ya nunca
despiertes.

No hay comentarios:
Publicar un comentario