Por:
Mario Arizpe
Quiero preguntarte algo, pero
es un tanto personal. Para no incomodarte, ¿qué te parece si platicamos un
rato? Hagámonos amigos.
La idea de “física cuántica”
suena a un concepto de lo más complejo, reservado para expertos de la materia;
pero eso es cierto sólo para quienes se dedican a expandir el conocimiento en
el tema. Una forma simple de entenderlo para alguien que no sabe nada más que
lo que vio en secundaria o preparatoria sería asumir que la teoría cuántica
habla de que los átomos se mueven a ciertas velocidades cuando tienen
cantidades muy específicas de energía, y que si dicha energía no alcanza un
nivel exacto, el átomo la rechaza. No puedes medir esa energía como un
espectro, sino como niveles, como porciones. Como cuantos.
Cambiando radicalmente de
tema, ¿conoces el espectro político? Es un rango de ideales y valores que tiene
una persona respecto a cuestiones de política, y va desde la extrema izquierda
hasta la extrema derecha, con un factor adicional que convierte lo que sería un
gráfico lineal en un plano cartesiano: el rango autoritario-libertario.
Imaginemos esos como un “arriba y abajo”, para que vaya con la temática de
puntos cardinales.
Perdón, ¿no te gustan las
matemáticas? Bueno, sólo imagina un cuadro dividido en cuatro. Eso debe bastar.
¿En qué parte del cuadro te encuentras?
Varios puntos de este ya tienen nombres definidos por la sociedad. Si eres de
derecha autoritaria, alguien te llamará “fascista” en algún momento; si eres de
izquierda libertaria, probablemente te hayan dicho que eres “chairo”; un
izquierdista autoritario sentirá afinidad con ideales que impulsaron a los
grandes líderes comunistas de la historia, y alguien de derecha libertaria
seguro se reiría al ser llamado “cerdo capitalista”, pues la descripción no le
vendría mal.
¿No estás en ninguno de esos
puntos? Ah, lo lamento. Olvidé que esto es un espectro, no un conjunto de
porciones políticas. No hablamos de la teoría cuántica, obviamente, sino de
algo social, abierto a la interpretación y la subjetividad. Entonces, ¿dónde
estás en el espectro político?
Tal vez estés un poco a la
derecha, no demasiado, con ideales libertarios. Un poco conservador, quizás,
pero no en contra del progreso. A eso se le llama ser “cerdo capitalista”.
Puede que seas de firmes ideales de izquierda, pero ni autoritario ni
libertario. ¿Piensas que el gobierno debería tener poder sobre la población,
pero que esta, unida, es la que controla todo? Ya, ya entiendo. A esos les
dicen “chairos”, y a veces “comunistas”. O tal vez piensas que tomar un bando
es de locos, y te identificas como centrista. Un poco de esto, un poco de
aquello. “Progresar sin destruir” podría ser tu lema, y sueñas con un gobierno
que se preocupe en igual medida por fortalecer su economía y proteger el
desarrollo humano, donde el pueblo y los poderes trabajen en armonía. Utópico,
tal vez, pero lo visualizas como algo posible. Si ese es el caso, te aviso que
tienes un gran número de nombres: “chairo”, “comunista”, “cerdo capitalista”,
“fascista” y mi gran favorito: “tibio”.
Ah, lo notaste, ¿no? ¿Cómo los
nombres se repiten? Hey, no me mires a mí; yo sólo tomé lo que sé del internet.
Y no me descalifiques por usar la red como mi fuente; de ahí salen las mejores
expresiones humanas de todas, pues el anonimato que inhibe el temor social al
rechazo nos lleva a revelar nuestros pensamientos de forma sincera y real.
Recomiendo ver la sección de respuestas de cualquier nota periodística política
en Twitter para ver a la sociedad entrar en acción. También unirse a grupos de
“debate político” en Facebook para ver la horrible realidad de la gente
promedio. De hecho, ¿dije “recomiendo”? Olvídalo, no lo hagas, por favor. No te
hagas ese daño.
Entonces, ¿por qué no puedes
escapar del extremismo? No tienes posturas políticas radicales, ¿o sí? No estás
a favor de matar a quienes piensan lo opuesto a ti. ¿Entonces por qué te tratan
como si fueras radical?
Política cuántica, colega.
Tanto en la política, como en los baños de la escuela, no existe el “espectro”
del que todos hablan. La persona promedio es un átomo que no registra niveles
de inclinación política variados, sino específicos. Debes tener un grado exacto
de inclinación a su cuadrante del “espectro” político (al que rebautizaré como
“el cuanto político”) para que te identifique como parte de los suyos. De otro
modo, quedarás se te amontonará en cualquier ideología radical que dicha
persona promedio elija para encapsularte. Enhorabuena, eres un chairo/comunista/fascista/capitalista/tibio.
¿De qué color quieres que sea tu pañuelo?
Pero vamos, tú y yo sabemos
que no eres radical. Eres mejor que eso; no caerás en provocaciones. Alguien en
redes sociales dirá que deberíamos asesinar al presidente, y tú no intentarás
convencer a la persona de que está equivocada porque sabes que es inútil, y no
tienes ganas de que te llamen “chairo/comunista”. Sólo lo verás, y estarás en
desacuerdo.
Ah, pero esto ya no se trata
de ti, pues alguien más decidió “morder el anzuelo” y expresar su
inconformidad. La caja de comentarios de pronto se convirtió en una batalla de
datos estadísticos de procedencia extremadamente dudosa, citas presidenciales
fuera de contexto, tweets muy viejos de figuras políticas, e insultos con mala
ortografía. Es gracioso, ¿no? Tómale un screenshot,
anda. Es divertido, y quieres conservarlo para la posteridad. Es más; súbelo a
redes sociales. Seguro que tus amigos también se van a reír. La discusión no se
trata de ti; tú no eres a quien llamaron chairo/fascista/comunista/capitalista/tibio.
Tú no participaste ahí. Tú no expresaste tu ubicación en el cuanto político.
Pero esos dos que están discutiendo sí lo hicieron, y si bien ellos están
enardecidos, tú estás divirtiéndote. Tú estás en paz.
Ya me di a entender, ¿no?
Eres una persona muy rara. No
eres radical, pero te tratan como si lo fueras; no discutes sobre política,
pero te ríes de quienes sí lo hacen; no expones nada por lo que puedan
criticarte, pero disfrutas de ver cómo critican a otros. Y si te preguntara,
después de todo esto, en dónde te ubicas en el cuanto político, ¿podrías
responderme? ¿Te asignarías un cuadrante y me llamarías “fascista”? ¿Esperarías
a que alguien más responda mi pregunta para verme discutir? O tal vez no eres
así. ¿Buscarías a otros como tú, que no son radicales pero quieren ubicarse en
distintos puntos del cuadrante político? ¿Verías discusiones sobre política y
tratarías de interceder, para arreglar la obvia falta de información entre los
bandos? ¿Me criticarías por llamarlo “cuanto político” en vez de “espectro
político”?
Siento que ya somos más
cercanos, así que me atreveré a hacer la pregunta. Espero no te incomode.
Si te invitara a tomar un café
y discutir sobre nuestra ubicación en el espectro político, ¿me llamarías
chairo/comunista/fascista/capitalista/tibio? ¿O me dirías que sí?
Perdón si te ofrezco una
“respuesta cuántica”; es la costumbre.
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