Por: Fredi Figueroa
Confieso a voz callada,
con el grito en mis ojos,
que estoy ebrio de velada
aún perdido en tu foto.
Tanta adrenalina es rara,
una pausa al nihilismo.
A mis años, tu mirada
es más que sentimentalismo.
No prendas más la llama
no seas más mi plaga
no prendas más la luz.
Pues con cero palabras
convertiré tus ganas
en mi halo de virtud.
Advierto que mi fama
de devoto a la desgana
al verte se inmoló
y causó un nuevo esplendor.
Quizá en tu perspicacia
o tal vez en tu inocencia
hallé una voz de gracia
compatible con mi esencia.
No prendas más la llama
no seas más mi flama
no prendas más la luz.
Pues suelo hablar despierto
cuando creo que esto es cierto
una charla de inquietud.
No prendas más la llama
no seas más mi flama
no prendas más la luz.
Porque sobre esta cama
tendida entre mil ramas
germinará un nuevo tú…
Que empiezo con un yo.
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