Por: OvejaNegra
Monterrey, la ciudad más
CONTAMINADA, eso es lo que dicen muchos titulares y noticias que circulan por
distintos medios en nuestro país.
Pero de quejarnos de la Ciudad de México hay que pasar
a quejarnos de nosotros mismos.
Somos menos, pero contaminamos más.
Nuevo León, el nuevo “sueño
americano”, el estado donde habita la gente más chingona y trabajadora -según
muchos-. Es
probablemente el estado que menos le invierte al cuidado del medio ambiente,
ganándonos por mucho nuestra némesis: la CDMX. Sí, ese lugar donde viven las
personas que le dicen quesadillas a todo y que no nos quieren y/o viceversa.
Y pensaras tú…
Las empresas y el transporte tienen
mucho que ver y eso deriva
la poca capacidad que tiene el gobierno para crear planes eficaces para evitar
que veamos por las noticias recomendaciones de la chica guapa del clima sobre
permanecer en nuestras casitas por la mala calidad del aire.
Y como estamos en México, e incluso
en un tema que parece de lo sencillito posible, la mala calidad del aire va de
la mano con la corrupción.
Sí, lo leíste bien. Sí, lo escribí a propósito. Sí, -quiero creer que- inconscientemente
sabemos que se otorgan permisos de construcción a lo “baboso”.
“Usted quiere destruir una montaña,
deposita 500 mil dólares en un moche y le dan el permiso. Aquí las tiendas de
conveniencia detienen el tráfico en los principales cruceros, no hay estudios
de impacto vehicular, de impacto ambiental, de cuánto se contamina por ir a
menos velocidad, no hay movilidad planeada” menciona el activista Guillermo
Martínez Berlanga.
Y no me vengas con que qué puedes hacer tú, que nosotros
como sociedad podemos hacer mucho.
Nosotros
no necesitamos de mucho para ayudar. Porque si nos detenemos un minuto,
puedes plantar un árbol enfrente de tu casa, o en una jardinera lo
suficientemente grande para albergarlo, y caminar un poco más, con el fin de
evitar el uso del automóvil, porque no me negarás que de seguro conoces un familiar que para ir a
la tienda que está
a la siguiente cuadra,
usa el carro.
En lo personal, ya me cansé de no sólo ver cómo
tiran basura en la calle como si la calle misma fuera un gran contenedor, si no también de que tengo
que aguantar que me ardan los ojos, por decir menos, porque simplemente a la
gente le vale madres el medio ambiente.
Así que antes de volver a burlarnos de los otakus o kpopers
por que llevan sus típicos cubrebocas, ponte a pensar que dentro de poco
podríamos ser todos los que usemos uno parecido.
Y si continuas la vida como si nada, sin esforzarte en
cuidar un poco más de nuestro medio ambiente, ve eligiendo de una buena vez
cual diseño es tu favorito, si el que dice BTS o el que tiene una cara «kawaii».
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