Por: Gastón Ruiz
Aún puedo sentir el nerviosismo en mí, la
frialdad en mis manos y el palpitar de mi corazón, quién entre sístole y
diástole brindaba alegría, emoción y sobre todo, expectativa sobre esta
proyección, ya que, fui de los pocos afortunados o mejor dicho, precavidos, que
tuvo la oportunidad de ver por única vez el documental de Coldplay titulado: “A
head full of dreams”.
La cinta fue expuesta alrededor de todo el
mundo, en 2 mil salas de cine solo por el 14 de noviembre. La cinta recorre en
114 minutos las dos décadas del grupo, integrado por Chris Martin (voz,
guitarra y teclado), Jon Buckland (guitarra), Guy Berryman (Bajo) y Will
Champion (Batería y coros).
Es impresionante el nivel de
autoconocimiento que tiene Coldplay sobre ellos mismos, conocen sus puntos
fuertes y sus debilidades, ¡pero vamos!, son 20 años de caídas y victorias en
la industria musical, más una amistad, que parece jamás acabarse.
En ocasiones solía ser frustrante para un
servidor, ver las críticas de parte de Will hacia Chris al momento de escribir
Fix You.
¿Se imaginan a alguien diciéndole a Chris
Martin que la letra de Fix You, es algo… vacía? Pues sí, ese fue Will.
O simplemente ver a Guy desentonar con la
armonía del grupo en ciertas ocasiones, con sus constantes críticas
constructivas hacia el resto de la banda, hasta que después de un rato, logré
entender el propósito de mostrar esto en pantalla y, es que, al final del día es
una familia la cual escoges para compartir tu vida, tanto laboral, personal y
artística. Compartir algo de tu propia creación parece ser algo complicado para
la mayoría de las personas, es algo en que inviertes tiempo, dedicación y amor,
y es lo que se reflejó completamente en la pantalla. Son exactamente estas
palabras y cualidades las que describen el trabajo, pero más importante, la
relación entre los integrantes de Coldplay.
Si bien el formato del documental tiene
tintes del sello personal del director Mat Whitecross, quién fue el encargado
de llevar a la pantalla grande los mejores años de tour de la banda Oasis, con
su documental “Supersonic” y bueno, de alguna manera debe de haber conexión
entre todo esto ¿no?…
Pues sí, Noel Gallagher es uno de los
invitados en este documental, donde tiene una aparición relámpago en el mismo.
Otros invitados especiales hicieron su
presencia, como la excepcional voz de Beyoncé, quién sorpresivamente se dejó
grabar mientras cantaba el track “Hymn For The Weekend” en el cuarto del hijo
de Chris Martín.
Y, es que el documental está lleno de este
tipo de momentos, desde el día que Chris escribió The Scientist”, hasta
momentos más tristes como la muerte de la madre de Will en plena gira de
promoción, el divorcio entre Gwitney Paltrow y Chris Martin y, la fuerte
depresión que causó en él, la cual sería el principal motivo de la creación del
álbum “Ghost Stories” (2014).
Para muchas personas el propósito de
realizar un documental es, el de lucrar con la vida de la banda y sus momentos
turbios en ella, pero este no es el caso, si bien, lo admito, a pesar de tener
el recuerdo fresco en mi memoria de ver este gran documental, sigue estando en
primer lugar “Supersonic”.
Claro, como siempre, opinión muy personal, sin embargo, este documental tiene algo que
“Supersonic” no, es el descubrimiento de las personalidades de cada uno de los
integrantes de Coldplay, y creo que al final de la proyección ese fue el sabor
de boca que dejó en mí, el poder enterarme de las verdaderas circunstancias en
las cuales se desarrolla la banda.
Por último, pero no menos importante, ver a
Coldplay como una sola persona, con una amplia democracia dentro de la banda al
momento de tomar sus decisiones y también, con un inmenso amor y agradecimiento
hacia sus fans, quienes han sido los culpables de ponerlos donde están hasta
ahora.
Coldplay no acaba, no por ahora.
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