Por: Alondra Jiménez
-Que se comunica con los muertos, dicen. - dijo un tal Pedro
- ¿Cómo chingados le va hablar a los muertos?, no seas soquete. - le contesta un tal Juan.
Lo que estos dos pobres ilusos no sabÃan era que al otro lado de la calle en la que ellos se encontraban hablando estaba el mismÃsimo Francisco I. Madero, el mejor espiritista de la ciudad. Siendo contactado por una señorona de casona, porque disque en su casa el muerto se le sube, como a eso de las doce de la noche.
-Estoy muy apenada con usted señor presidente, mire que venir y tener que atender mi asuntito este… pero es que una amiga de otra amiga de mi prima, me paso su contacto.
-No hay de qué, no hay de qué. Con tal de que al finalizar me invite algo de cenar y compre mi libro «Manual espÃrita», que ya está disponible en todas las bibliotecas del estado. - jalándose su bigotito y mirando por todos lados esperando ver algún indicio de un fantasma pregunta. – ¿En qué parte de la casa ocurre esto?
Subiendo las escaleras sigilosamente equipado de pies a cabeza con armas novedosas para esos tiempos, nuestro buen Francisco está listo para atacar, mientras que empieza a cantar la siguiente canción:
If there's something strange in you neighborhood
Who you gonna call? (ghostbusters)
If there's something weird
And it don't look good
Who you gonna call? (ghostbusters)
I ain't afraid of no ghost!
Hasta que apareció José, sÃ, el famosÃsisisimo José MarÃa Morelos y Pavón a ayudar al celebre Francisco I Madero, ya que ambos tenÃan un acuerdo. José le ayudaba a luchar con los fantasmas, y Madero no hacÃa transas con el dinero del paÃs.
Patean la puerta y ésta se abre estruendosamente. Ambos ingresan al cuarto y lo primero que ven es a una mujer sentada frente al tocador cepillándose su largo y liso cabello.
-Pues, es bonita. – dice Morelos.
Ajijo, ¿desde cuando una mujer que voltee la cabeza los 360° es bonita? y ni hablar de la cabrona sonrisa que está poniendo en este momento. -¿Pero de qué hablas tú, si está bien chula? - mientras ellos discutÃan entre si la mujer era bonita o no, ella aprovechó para acercárseles sigilosamente.
¿Eres como el chamán de la última vez?... No, pareces diferente - le dice la mujer a Madero, para luego dirigir su atención a Morelos. - También viniste con algo más. – mirándolo despectivamente.
Luego, sin previo aviso le pega un patadón a Madero haciéndolo caer.
- ¡Francisco! - grita Morelos, mientras que la mujer lo empuja lejos.
¿Por qué vas por ahà con él siguiéndote? ¿Por qué no dejas que te acompañe en su lugar? – Morelos aprovecha la distracción de la mujer e intenta quitársela de encima a Madero, jalándola de su largo cabello y enrollándolo en su mano como si fuese una rienda de caballo. La estira graciosamente, pero ella logra escapar y empiezan a pelear. Ella intentando ahorcarlos y ellos intentando defenderse como pueden.
No es hasta que Madero saca una pistola especial para fantasmas y tira del gatillo haciendo que la mujer desaparezca dejando un rastro de humo azul.
-Y bien, ¿nos vamos a cenar?, la señora prometió darme té y galletitas, aparte de comprar mi libro que está siendo un éxito en toda Latinoamérica. Por favor léelo, sé que te gustara.
No seas mamón, vámonos a comer galletas mejor.
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- ¿Y asà es como termina esa historia, abuelo? – pregunta Miguel.
- Pus, claro.
- ¿Y eso de verdad pasó, abuelo? – vuelve a preguntar Miguel.
-Que sà ‘ombe,y cuidado y me sigas molestando. Ahora ya vete a dormir, si no va a venir el coco y te va a comer, y el señor Francisco no vendrá para salvarte.
viernes, 28 de septiembre de 2018
Historias y Verbos: Los fantasmones de Madero
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