Por Debanhi Soto
De acuerdo con datos de la ONU, cada día 10 mujeres
son asesinadas a diario en México y muchas más desparecen, pero en los últimos
días un caso en particular se volvió la agenda de diversos medios. Televisa,
Animal Político, Grupo Reforma, El Horizonte, Excélsior, Milenio, El Universal,
Redes Sociales y prácticamente todo México estaba buscando a Karen Espíndola,
una mujer con una historia lamentablemente común.
Según los datos, Karen subió a un taxi en
Reforma para llegar a su casa, transcurrida media hora, le mandó un mensaje a
su madre para alertarla de que no se sentía segura, a lo que la madre contestó
que abandonara el taxi y enviara su ubicación en tiempo real. Karen ya no
contestó, y no se tuvo información de ella hasta el día siguiente que se
descubrió que Karen estaba en un bar y por eso no regresó a su hogar.
Ahora bien, en cuanto se dio a conocer esta
noticia, la población reaccionó de una mala manera, culpando y juzgando a
Karen.
Sin embargo, para otros, fue una noticia de alivio, y no hablo sólo de
la familia de la afectada, sino de Claudia Sheinbaum, quien al momento publicó
en su twitter la noticia.
Sin embargo, si esta historia parece ser
normal, ¿por qué nos causa tanta incertidumbre y por qué inmediatamente la tomo
como cortina de humo? Bueno pues, analicemos algunos datos, querido lector, y
saca tus propias conclusiones.
El pasado 25 de noviembre se celebró a nivel
internacional el día de la erradicación de la violencia a las mujeres y las
niñas; mediante marchas y pancartas se dieron a conocer las altas cifras de
impunidad y negligencia de distintas autoridades
Como mencioné antes, 10 mujeres mueren por
violencia de género en México diariamente y… ¿sus nombres? No los conocemos. No
desprestigio el caso de Karen, pero tomemos en consideración que su inicio fue
como el de muchos más, el taxi que toma la ruta mal. Al momento sentimos
empatía por Karen; Karen podía ser cualquiera de nosotras: una chica tomando un
taxi a las 8 de la noche, nada raro en eso.
Sin embargo, por qué se hizo viral y digno de
tanta importancia el que una chica tomara un taxi y nunca llegara a su casa. No
estoy diciendo que no sea importante, por supuesto que lo es, pero tomemos en
consideración que el mismo caso ha sucedido en el pasado y no obtiene la
cobertura mediática que obtuvo este en particular. Vamos, que vi la cara de
Karen en todos lados, en las primeras planas de los periódicos, Twitter, el
noticiero y escuché su nombre en la radio.
Ahora bien, la policía se movilizó
inmediatamente para encontrar a la desaparecida, que bien por ella, ¿no? Y la
encontraron rápidamente, y entonces damos un vuelco de alegría. Gracias a la
rápida respuesta de nuestras autoridades, nuestra hermana puede estar sana y
salva en casa. Y un gran sector de la población olvidó que hace dos semanas
gritaban la impunidad y la falta de respuesta de la policía hacia la violencia
a la mujer.
Y la cereza del pastel: Karen no estaba
secuestrada, estaba en un bar. En un bar donde nadie vio que su imagen estaba
por todo Facebook, Twitter y todos los medios. Un bar que no hizo nada más que
mancillar la reputación de Karen, que pasó de ser la de una víctima a la de ser
una borracha.
Sí, esa es la historia y el contexto, pero si
te sigues preguntando por qué veo la noticia como algo sospechosos permíteme
explicarte:
·
Hace 10 días gritamos que el
Gobierno no pone la suficiente importancia a la violencia de género.
·
Hace 10 días gritamos que los
medios no tratan la violencia de género como lo que es.
·
Seguimos gritando que la violencia
de género no es nuestra culpa, ni de nuestro estado.
¿Todo bien hasta aquí lector? Muy bien, porque
ahora va el otro lado de la moneda.
·
Karen Espíndola fue encontrada en
tiempo récord por elementos de la policía; por ende, el Gobierno sí pone la
suficiente importancia a la violencia de género.
·
Karen Espíndola apareció en todos
los medios de comunicación, por ende, a la prensa le interesa la violencia de
género.
·
Karen Espíndola fue encontrada
borracha, por lo tanto, el preocupar a todo México fue su culpa.
Advierto que aquí me pondré un poco más
opinativa. A mi parecer, el caso de Karen Espíndola es una forma en la que el
gobierno y los medios se redimen a si mismos y muestra que en efecto, les
interesa la violencia de género. Y de forma ingeniosa se da contra propaganda a
la causa feminista, pues “se trabajó tan duro para rescatar a una z*rra
borracha” (cito textualmente uno de los comentarios) que las feministas
defendían como una hermana desaparecida más.
Y sí, aunque el caso de Karen sea una realidad
y no una cortina de humo, tengo una última pregunta: se hizo tanto por una
mujer, gracias… pero… ¿qué pasa con las otras 9 que también mueren y
desaparecen por día?

No hay comentarios:
Publicar un comentario