Por: Eduardo López.
No hay dÃa qué no piense en ti.
Desde que me levanto, hasta que me acuesto.
Cada minuto, cada segundo que pasa
me enamoro de ti más y más.
Recuerdo casi siempre tu bello rostro;
tu tenue sonrisa,
esa que me hipnotiza.
Esa que causa que estremezca mi dÃa.
Tus ojitos tan bellos como un par de gemas;
lindos como ninguno, como si de joyas de la realeza
trataran.
Y, es que no hay nada en ti que no me guste,
si bien sé que no existe alguien perfecto.
Tú eres lo más cercano a ello,
intelectual como ni una.
Para mà vale más una buena persona
que un buen culo.
Tu inteligencia, tus ojos, tu sonrisa:
en ese orden es lo que más me gusta de ti.
Para ti de parte mÃa,
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