Por: Pamela Salinas
Sé que fue un paso atrás, sé que hubiera sido mejor no llegar. Sé que estabas mejor allá. Quizás deberías de regresar. O no, no sé.
Ya está más complicado esto, ¿no?
Ya no es cuestión de calmar nuestro paso, sino de considerar si vale la pena seguir caminando.
¿Y nuestras manos? Más que soltar, hay que cuidarlas, para que no se vuelvan a encontrar.
Ya no es cuestión de limitar el afecto, sino de olvidar que es… ¿afecto?
Damn it! Ya sabía qué speech le darías a tu hija: «La vi, nos vimos, nos deshicimos de lo que estorbaba y fuimos».
Qué difícil fue lograr esa última parte. Sí, bueno… requería de tres días de riego a la semana entones, marchitó rápido.
Y rara,
Y chistosa,
amable,
inteligente,
no sé...¿curiosa?
¿De qué sirvió?
Dios no me hace caso, así que te lo pido a ti:
Deja de ir contra el destino, deja a mi mente, deja que nos dejemos y déjame a
mí.
Damn it, esto ya está más complicado ¿no? Ya no es cuestión de comprarnos una planta, sino de considerar si la podemos regar tres veces a la semana...
«Perdón, no sé si querías que llegara a esta hora, ¿es un mal momento?.... Uuh, sí,
sí lo es. Jajaja ya sabía, sólo quería… asegurar… Estaré aquí si me necesi…
Ah, okey… no, ya sé que… estás bien por tu cuenta...».
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