En un mundo donde podemos hacer que cualquier información,
valiosa o ridícula, esté disponible para todos los habitantes del planeta con
sólo comprar un smartphone desechable y veinte pesos de saldo, ¿qué valor tiene
en realidad nuestra opinión? ¿Qué importancia tiene lo que pensemos?
Pues… mucha, en realidad.
Los foros en internet, precursores de las redes sociales,
dieron pie a un fenómeno nunca antes visto, donde podíamos ver a gente siendo
completos cretinos o diciendo cosas horribles e inhumanas como si no hubiera
consecuencias por ello. La razón era simple: de verdad no había consecuencias
por ello.
El internet es una especie de escudo que te permite violar
muchas normas morales sin sufrir repercusiones. Esta inmunidad se aprovecha de
muchas formas aparte de para decir o hacer cosas ofensivas, pues incluso
declarártele a alguien en línea es hacer uso de la protección que la web te
brinda (aunque luego debas lidiar con consecuencias muy reales). Pero esta
protección, para sorpresa de nadie, es usada de formas negativas con mucha
frecuencia.
Sin embargo, a veces la gente no se da cuenta de que está
haciendo un daño, ya que es extremadamente sutil y no tienen la intención de
hacerlo. Este es el caso cuando la gente sin información ni conocimiento decide
externar su opinión.
Las opiniones son como los genitales; todos los tienen, y algunos
se sienten tan orgullosos de ellos que deciden mostrarlos a otros, incluso
cuando nadie se los ha pedido (estoy hablando con ustedes, usuarios de Omegle y
Chatroulette). Sin embargo, las opiniones no son igual de útiles (y suelen ser
mucho más largas).
Cuando una persona habla de un tema que no conoce, generalmente
no importa. A nadie le interesa. Es ignorado como debe ser, y su opinión queda
en el olvido casi de inmediato. Pero con la capacidad del internet de
perpetuarlo todo, más que quedar en el olvido, esa opinión pasa a ser parte de
una especie de nube, como el CO2 del ambiente, destruyendo la capa de ozono a
la que llamamos “opinión pública”, haciendo que ciudades enteras se vean
grises, pero en lugar del color gris del smog, esto nos hace vernos estúpidos.
¿Cómo haces para que tu opinión, claramente superior, bien
informada, cultivada, fundamentada en las palabras e investigaciones de los
expertos, supere la de toda esa gente que escucha música mala? ¿O los que leen
literatura de baja calidad? ¿O los que piensan que el teatro es aburrido? ¿O
los que piensan que Hufflepuff es la mejor casa de Hogwarts (esos debiluchos…)?
SPOILER ALERT: No se puede.
Eres parte de la resistencia. Tu deber es hacer resonar una
opinión informada en conjunto a otros que también tengan opiniones informadas.
Aprender y educar para lograr acuerdos, y que estos acuerdos tengan toda la
fuerza posible. Tal vez las opiniones ignorantes sean muchas, pero no están
organizadas. Una voz lo bastante poderosa puede superarlas, pero dicha voz
nunca vendrá de una sola persona. Y la mejor forma de gritar con fuerza, es
gritando junto a muchas otras personas.
Sigue opinando.
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