Debido a su popularidad, Navidad es uno de los eventos a nivel mundial más reconocidos y celebrados del año. Esta fecha es utilizada como un símbolo para muchas cosas; las tiendas lo aprovechan para generar mejores ventas e ingresos, marcas comerciales lo utilizan como temática en su publicidad, y la mayor parte de las personas ven la ocasión como el momento para dar y recibir toda clase de regalos.
Pero, con toda esta variedad de opciones, surge una gran duda: ¿Cuál es el significado de la navidad?

Esta pregunta tiene dos perspectivas importantes. Por un lado, los creativos no se han quedado atrás en usar este cuestionamiento como la base de algunas de sus mejores historias, siendo el caso más reconocido la novela de 1843 “Cuento de Navidad” (A Christmas Carol), donde conocemos el ya popular relato de Ebenezer Scrooge y los fantasmas que le enseñan el significado de esta festividad. E igual que este ejemplo existen muchas otras historias menos reconocidas que utilizan la misma pregunta como el sustento de toda la trama
La otra perspectiva de la cuestión “¿Cuál es el significado de la navidad?” nos puede llevar a un debate tan extenso como uno sobre religión o política, pues se refiere a los motivos personales que cada persona, según su moral o sus costumbres, tiene para celebrar esta fecha. Algunos de sus significados más populares son una festividad puramente religiosa, una fecha para comer y reunirse en familia, la ocasión en el año para hacer toda clase de compras sin tener que excusarse por gastar demasiado dinero y endeudarse, o tal vez todas las anteriores. E, inevitablemente, existen también muchas personas para las que este es un día como cualquier otro, o hasta algo peor.
Si nos remontamos a la versión oficial (conocida también como “lo que dice Wikipedia”), la navidad es una festividad cristiana que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén. Visto desde el punto de vista popular mexicano, Nochebuena es el día en que la familia se reúne, celebra la natividad de Jesús rezando el rosario, disfruta de una elaborada cena, intercambia obsequios de calidad y costo variables (desde un Playstation 4 o un iPad hasta sartenes o tequileros), y generalmente concluye la fecha con fuegos artificiales, dejando la navidad en sí en un segundo término. Esto, según mi abuela, se debe a que el rosario se debe rezar a las 12:00 A.M. del 25 de diciembre ya que fue la hora y fecha en la que el niño Jesús nació, pero la ceremonia religiosa se combinó con los otros elementos de la fecha y casi todo se desplazó al 24, dando como resultado la costumbre actual (esta es una versión de los hechos, pero exhorto a los lectores a preguntar a sus propias abuelas sobre esto para expandir el tema).
Para un servidor, el significado de la navidad es menos profundo pero más complicado que todo esto. No me atrevería a decir que es una fecha “para compartir”, pues soy, junto con otras muchas personas, el tacaño de la familia que rara vez hace un regalo. Tampoco tendría la audacia para hablar sobre la convivencia y la familia, pues vengo de un hogar roto y con poca unión, y nunca he visto una navidad llena de primos, tíos y abuelos. Pero no sientas lástima por mí, lector, pues esto jamás me ha impedido disfrutar de la navidad al máximo, y lo debo a lo que yo considero el auténtico significado de esta festividad: el espíritu.
Incluso el más generoso y bien acompañado puede sentirse miserable en navidad si no se hace con el espíritu. No podría decir “espíritu navideño” ya que no considero la festividad en sí tan importante, sino lo que conlleva. Piénsalo desde tu perspectiva, lector; cuando imaginas la navidad, ¿viene a tu mente el estrés de la escuela y/o el trabajo? ¿Recuerdas los momentos dolorosos? Aunque los días son fríos y usualmente nublados, ¿te parecen tristes? La navidad no está asociada a la vida diaria que nos consume y nos daña, sino con un descanso revitalizador y con memorias alegres, quizás de la infancia, quizás románticas, quizás cálidas y familiares, pero alegres a fin de cuentas. No podemos pensar en las cosas horribles ya que todo a nuestro alrededor tiene un aire de felicidad, y aunque algo hiriente ocurra poco antes de la celebración y nuestro humor esté por los suelos, no podremos evitar sonreír al menos un poco cuando veamos a nuestras familias reunidas, nuestras casas adornadas, nuestras cenas abundantes, nuestras calles agitadas, y nuestros cielos iluminados por los fuegos artificiales. Eso es lo que yo conozco como “el espíritu”.
Todos tienen una forma especial de disfrutar de la época navideña, y las historias por contar son innumerables. Sin embargo, si alguna vez te encuentras en duda respecto al significado real de esta fecha, por encima de la mercadotecnia y la comida deliciosa, no olvides ver el asunto desde todos los ángulos.
Puede que la respuesta se encuentre a un nivel más…
Espiritual…
No hay comentarios:
Publicar un comentario